La desmotivación laboral representa para las compañías un agujero negro por el que se escapa el dinero. Por un lado, los empleados desmotivados son menos productivos que sus compañeros con más acicate. Por el otro, la imagen de marca y los valores culturales se dañan si permitimos que nuestra plantilla esté continuamente baja de moral.
La mayoría de managers de equipo utilizan uno de estos dos enfoques cuando detectan que a alguno de sus colaboradores les empieza a faltar la energía:
- Técnicas de recompensa: “Haz tu trabajo y yo a cambio te daré un premio”
- Técnicas punitivas: “Haz tu trabajo o te vas fuera”.
Se trata de dos acercamientos que a corto plazo son muy efectivos. Sin embargo, no duran en el tiempo y, a la larga, acaban empeorando la situación.
Además, hay que sumar el problema de que a cada empleado le motiva una cosa distinta. Hay personas que trabajan por tener una nómina a final de mes, otras personas quieren poner en práctica lo que se les da bien y otras quieren aportar su granito de arena a la sociedad.
En realidad, hay tantos motivadores como personas por lo que, como líder, es muy complicado acertar a apretar el botón correcto en cada uno de los casos.
La buena noticia, es que no hace falta que lo hagas porque, como acabamos de decir, cada persona viene al trabajo motivada de serie.
La mala noticia, es que tu trabajo es mantener esa motivación y hay muchas maneras en las que puedes perjudicarla si no tratas a tus empleados con cuidado.
La motivación es como una planta: necesita ser regada todos los días. Sé constante, y tu empresa gozará de una fuerza laboral estimulada para dar lo mejor de sí. Pero si cometes muchos fallos, acabarás teniendo una organización presa del desánimo.
Por suerte para ti, has llegado al lugar correcto. Porque en este artículo te presentemos los 5 errores más comunes que cometen los líderes a la hora de gestionar a sus colaboradores que hacen que se dispare la desmotivación laboral.
Lee con atención, pues conocerlos te ayudará a identificarlos y a evitar que los repitas de ahora en adelante y así convertirte en el mejor manager para tu equipo, aquél que siempre has querido para ti.
Los 5 errores que cometen los líderes que desmotivan a los empleados
1. No mostrar interés en tus colaboradores
¿Has oído hablar de la gestión del deambule? Este tipo de gestión del talento implica darse una vuelta de vez en cuando por el espacio donde los colaboradores trabajan diariamente.
Lejos de ser una táctica para vigilar que todo el mundo está trabajando como es debido, suponen una oportunidad perfecta para crear diálogos productivos en los que, como manager, puedes entablar una conversación natural y averiguar cómo están los empleados tanto a nivel laboral como personal.
Y es que, la motivación tiene mucho que ver con las relaciones interpersonales que se generan entre supervisor y empleado.
Sabemos que tu trabajo te ocupa mucho tiempo. Pero recuerda que, como manager, serás mucho más efectivo si conoces las circunstancias en las que se encuentran tus empleados, qué es lo que les preocupa, qué les interesa y qué les hace feliz.
Por eso, no está de más hacer pequeñas visitas a la plantilla y preguntarles cómo les ha ido el día, cómo han pasado las vacaciones y si tienen algún problema con el que les puedas ayudar.
Gracias a esto, estarás construyendo lazos de confianza, les demostrarás que realmente te preocupas por ellos y les harás sentirse valorados como personas.
2. No escuchar a tus empleados
¿Cuántas veces has intentado comunicar algo importante, pero de tantas veces que te han cortado o impedido hablar, al final te has callado y no has dicho nada?
Cuando eso ocurre de manera repetida, al final lo que se apodera de ti es una sensación de frustración e impotencia que acaba pasando factura a tu estado de ánimo. Y lo peor, es que sabes que quién te tenía que escuchar, se está perdiendo una gran oportunidad de conocer información de valor.
Bueno, con los empleados pasa lo mismo. Como líder, tienes que estar dispuesto a escuchar con atención todo lo que tu fuerza laboral tenga que decirte. Al hacerlo, estarás demostrando que sus opiniones te importan y que valoras todas sus aportaciones.
Utilizando Team Insights, tus empleados podrán comunicarse contigo, de forma pública o anónima, siempre que lo necesiten. Gracias a su sistema de conversación, podrán aportar ideas, sugerencias o quejas y tú podrás contestarles directamente.
3. No reconocer los logros
Según un estudio elaborado por Gallup, solo un tercio de los empleados se siente reconocido. El mismo informe señala que el 57% de los empleados que no se sienten valorados, no están lo suficientemente motivados como para comprometerse con su organización.
Tienes que demostrarle a tu equipo que valoras el trabajo duro. Y para hacerlo, no hace falta invertir grandes sumas de dinero en premios. Basta con dar las gracias.
En público o en privado, reconocer los esfuerzos de tus colaboradores diariamente supondrá un impulso a su motivación. Cuando los empleados sienten que aprecias su trabajo, estarán más predispuestos a seguir dando lo mejor de sí.
Así que no esperes a las reuniones semanales, o las sesiones de evaluación de rendimiento. En vez de eso, aprovecha para felicitar un buen trabajo en el momento que lo veas.
4. No dar autonomía
Cuando contratas a un profesional, lo haces porque confías en que va a poder hacer su trabajo. Entonces, ¿por qué no dejar que se responsabilice de sus propias tareas?
Una cosa es supervisar los avances, y otra muy distinta es controlar todas y cada una de las acciones que se deben hacer durante el día.
Cuando los empleados no tienen la libertad de tomar sus propias decisiones y de autogestionarse las actividades de su día a día, la motivación poco a poco va decayendo y puede incluso afectar a la autoestima.
Por el contrario, dotar de autonomía en el trabajo es una buena manera de mostrar confianza en el talento de los demás, lo que supone un potente generador de motivación intrínseca.
Darles a tus empleados la oportunidad de gestionar su propio flujo de tareas, y de decidir cómo y cuándo quieren hacerlas supone la diferencia entre un equipo motivado de alto rendimiento y de uno que va a medio gas.
4. No ofrecer feedback
Uno de los mayores errores que se pueden cometer como líder es no dar feedback continuado. Las retroalimentaciones diarias permiten a los empleados conocer qué es lo que hacen bien y qué es lo que necesitan mejorar para crecer y evolucionar como profesionales.
Esperar a dar feedback solo en las reuniones de desempeño anuales incrementa el riesgo de hacer que los empleados se estanquen sin saber cuáles son las expectativas ni qué se espera de ellos. Y el desconocimiento causa desmotivación.
Dar feedback no tiene que ser un acto formal en una reunión de varias horas. Con acercarte y hablarles sobre los puntos más relevantes acerca de su trabajo es suficiente como para aclarar objetivos y despejar dudas.
¿Quieres saber qué es lo que desmotiva a tu equipo? Puedes descubrirlo usando Team Insights. ¿Por qué no empiezas ya? ¡Es gratis!