¿Es la inclusión en las empresas un aspecto importante? La mayoría de líderes te dirán que sí. Y es que la inclusión no solo reduce la brecha de la desigualdad, ayudando a crear una sociedad más justa, también impulsa los ambientes diversos, con todas las ventajas que ello conlleva.
Ahora bien, ¿qué implica ser una empresa inclusiva? Tener una plantilla 50/50 de hombres y mujeres, equipos multigeneracionales, y eliminar la foto del currículum es un muy buen primer paso. Pero eso es solo el principio.
El verdadero hito reside en nutrir una cultura empresarial que sea inclusiva en su totalidad. Es decir, que abrace la idea de que cada persona, cada idea, cada experiencia y cada perspectiva es única e igualmente valiosa.
Y para ello, es esencial el compromiso de todas las personas que forman parte de la organización, tanto de los líderes que dirigen su rumbo, como de los empleados que convierten los planes en realidad.
¿Qué es la inclusión?
La inclusión es un concepto integral en el mundo empresarial moderno, que implica mucho más que la mera diversidad en la fuerza laboral. Mientras que la diversidad busca la presencia de un espectro heterogéneo de individuos, la inclusión hace que estas personas no solo estén, sino que hace que se sientan realmente valoradas y respetadas.
Inclusión significa ofrecer igual acceso a oportunidades y recursos a cada empleado, independientemente de su origen, edad, identidad o capacidades. En este sentido, implica crear un entorno laboral donde cada persona tenga voz y pueda aportar sus ideas y experiencias sin temor a ser marginado o malinterpretado.
En un ambiente verdaderamente inclusivo, la diversidad se convierte en un catalizador para la innovación y el crecimiento constante.
¿Por qué es importante ser una empresa inclusiva?
Una cultura inclusiva es un reflejo de una marca moderna y consciente de las necesidades de la sociedad actual.
Los empleados buscan aportar su granito de arena a través de su talento y capacidades únicas, y como líderes, nuestro deber es apoyarlos y guiarlos para convertir esas diferencias en empoderamiento, no solo creando equipos más sólidos y unidos, también como herramienta para diferenciarse de la competencia con mejores y mayores beneficios.
Por que sí, la inclusión no solo es buena para la comunidad, también lo es para tus negocios.
En un entorno donde cada empleado se siente valorado y parte esencial del equipo, la motivación y la productividad se disparan.
De hecho, según un estudio de Gallup, cuando los trabajadores se sienten respetados e incluidos, las organizaciones prosperan más y más rápido.
Aquí te dejamos algunos datos interesantes sobre empresas inclusivas:
- Son 1,7 veces más innovadoras.
- Poseen un retorno de la inversión 15 veces más alto.
- Toman mejores decisiones el doble de rápido.
- Tienen un 70% de mayor probabilidad de capturar nuevos mercados.
- Son las preferidas de 3 de cada 4 candidatos, y un factor esencial para aceptar o rechazar una oferta de empleo.
En pocas palabras: apostar por la inclusión es invertir en éxito. Así que, ¿cómo ser una empresa inclusiva? Toma nota.
7 Características de las empresas verdaderamente inclusivas
- Liderazgo comprometido: La inclusión comienza desde arriba. Los líderes que practican y promueven la inclusión establecen el tono para toda la organización, y son un modelo para el resto del equipo.
- Políticas claras y transparentes: Las reglas y procedimientos deben promover la igualdad y evitar cualquier forma de discriminación en todas –todas- las áreas operativas de la empresa.
- Formación y desarrollo continúo adaptado: A través de mentorías, cursos online, asistencia a eventos o conferencias. ¿El objetivo? Que todos los empleados tengan la oportunidad de crecer profesionalmente en igualdad de condiciones.
- Comunicación abierta: El flujo constante de información permite que las ideas y preocupaciones fluyan libremente, promoviendo un ambiente de apertura y confianza donde nadie se sienta menos que nadie.
- Flexibilidad y adaptabilidad: Las empresas inclusivas reconocen y hacen un esfuerzo por adaptarse a las necesidades individuales de cada perfil de empleado.
- Fomento del trabajo en equipo: Animan a los equipos a trabajar juntos y a compartir ideas. Esto no solo mejora la inclusión, sino que también conduce a mejores resultados gracias a la diversidad de perspectivas, conocimientos y experiencias.
- Enfoque en la equidad, no solo en la igualdad: Por eso, en caso de ser necesario, las empresas inclusivas se esfuerzan en adaptar los espacios de trabajo o aportar recursos adicionales. ¡De nada sirve contar con personas diversas si no pueden poner en práctica sus habilidades!
¿Cómo saber si tu empresa es inclusiva?
Si estás comprometido a adoptar la inclusividad como parte de la cultura de tu organización, pero no sabes si vas por el buen camino… ¡pregunta a tus empleados!
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