Las encuestas, esa herramienta tan común y fundamental en muchas áreas de investigación, pueden parecer sencillas de crear a primera vista. Pero no nos engañemos, el diseño de un buen cuestionario es un arte que no todos dominan. Una de las dudas más habituales es: “¿cómo de larga debe ser la encuesta?”.
En este artículo, vamos a profundizar en esa idea y en la importancia de mantener un equilibrio entre la longitud y el número de preguntas.
¿Qué es una encuesta?
Empecemos por lo básico. Según Merriam Webster, una encuesta es «un conjunto de preguntas para obtener información estadísticamente útil o personal de individuos«.
Si bien su uso más común se encuentra en el ámbito de la investigación, los cuestionarios se emplean en una variedad de campos, desde sondeos de opinión y encuestas de marketing, hasta estudios demográficos, de salud mental y, por supuesto, en las organizaciones para mejorar la gestión de personas y crear empresas más eficientes.
¿Qué importancia tiene la longitud de una encuesta?
El tiempo es oro, y eso también se aplica a la hora de responder a un cuestionario. El número y la longitud de las preguntas juegan un papel crucial en el tiempo que los participantes necesitan para completarlo, lo cual puede afectar a la tasa de respuesta y a la calidad de los datos obtenidos.
Imagínate que te piden responder a un cuestionario de 75 preguntas. Probablemente empezarías con energía y entusiasmo, pero a medida que avanzas, notarías cómo contestas las preguntas más rápidamente y con menos atención, un fenómeno conocido como «aceleración».
Al final, te cansarías y dejarías de responder, lo que se traduce en una mayor tasa de no respuesta y en una menor calidad y fiabilidad de los datos recogidos.
¿Cómo de extensa tiene que ser una encuesta?
Cuando empieces a diseñar tu encuesta, es importante que tengas en cuenta cómo de larga va a ser. Diversos estudios han demostrado que no existe un número mágico de preguntas que garantice una alta tasa de respuesta y datos de calidad. Lo que sí parece claro es que un cuestionario corto (de alrededor de 13 a 25 preguntas) tiene más probabilidades de ser completado y de proporcionar datos de calidad.
Pero, ¿qué ocurre si tu estudio requiere un cuestionario más largo?
En ese caso, es crucial prepararse para una baja participación y tomar medidas preventivas para minimizar la fatiga y el aburrimiento de los encuestados.
Una de las estrategias más efectivas es dividir el cuestionario en secciones y administrar cada sección en diferentes momentos. De esta forma, evitas que los participantes se cansen y que mantengan altos su nivel de atención.
¿Cómo diseñar un buen cuestionario manteniendo el equilibrio entre longitud y calidad?
Diseñar un cuestionario eficiente requiere tiempo, dedicación y un buen conocimiento de tu audiencia. Para que te hagas una idea, un buen cuestionario debería poder ser administrado en menos de 15 minutos para mantener el interés y la atención de los participantes. Incluso si es menos tiempo, ¡mejor!
La clave para lograrlo es mantener un equilibrio entre la cantidad de información que deseas recoger y la longitud y complejidad de las preguntas que planteas: tu objetivo es obtener datos de calidad, no solo un montón de respuestas.
Para ayudarte en esta tarea, aquí te dejamos 6 consejos que puedes poner en práctica para diseñar encuestas sencillas, rápidas de responder y 100% accionables:
- Ten tu objetivo claro: Antes de comenzar a diseñar la encuesta, es crucial tener claro qué es lo que quieres conseguir. Saber exactamente qué quieres aprender de las respuestas te ayudará a crear preguntas precisas más precisas.
- Céntrate en preguntas relevantes: Asegúrate de que cada pregunta aporte un valor significativo al objetivo general de la encuesta.
- Usa un lenguaje sencillo: Evita jergas, tecnicismos y palabras complejas para que todas las personas puedan entender tus preguntas sin dificultad.
- Mantén el orden: Comienza con preguntas generales y avanza hacia las más específicas. Extra tip: las primeras preguntas deberían ser fáciles de responder para motivar a los participantes a continuar con la encuesta.
- Equilibra entre preguntas abiertas y cerradas: Dependiendo de la pregunta, puedes usar diferentes tipos de respuestas, como la escala de Likert o respuestas de texto libre. La variedad hará que obtengas información de más calidad.
- No olvides la accesibilidad: Haz que tus encuestas también sean fáciles de responder en dispositivos móviles y tablets.
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